Es através de un péndulo (necesariamente de alguna piedra) y varillas el estado energético del paciente. Como ya se ha dicho, previamente vamos a escuchar lo que el paciente quiera decirnos, qué le ha traído a la consulta, qué cree que está fallando y todos los síntomas. Se observa el movimiento de los chakras, si están cerrados, hacia dónde giran, si están interconectados, etc. Hay muchas teorías con respecto a la dirección en la que giren los chakras, para mí es sencillo, un chakra tiene que girar, si no gira no funciona bien. Si no encontramos movimiento alguno está cerrado. Si todos los chakras giran a la derecha y Manipura (tercer chakra, plexo solar) gira en dirección contraria, es porque ahí hay un desajuste, o bien los órganos correspondientes a éste chakra se encuentran trabajando (por ejemplo, haciendo la digestión) a otro ritmo. Existen teorías sobre los “biorritmos” de los chakras, es decir, horas a las que funcionan hacia un lado u otro. En cierta ocasión se me durmió un paciente mientras le testaba con el péndulo, y su esquema energético cambió radicalmente. No tengamos ideas fijas o preconcebidas sobre los movimientos de los chakras, solo observemos las dolencias del paciente y cómo está su sistema energético. Lo importante es hacer ésta lectura y sacar una conclusión. Una vez testado el paciente, se apunta todo lo que se considere necesario para su seguimiento y evolución.
--Colocación de piedras y gemas
su desequilibrio energético, es decir, si sufre problemas de exteriorización de sus miedos le pondremos piedras luminosas, masculinas, de superación de miedos, etc. Si por el contrario es alguien que necesita interiorizar y reflexionar sus acciones le pondremos piedras pasivas, femeninas, de meditación, etc. También hay piedras determinadas que atacan a la enfermedad en sí, como las crisocolas en las infecciones de oídos.
En principio, y a nivel muy básico, se puede poner una piedra por chakra, pero un gemoterapéuta experimentado hará mandalas con la piedras, conectará unos chakras con otros y trabajará canales y puntos secundarios (los pies, las manos, las rodillas, la nuca, los codos…). realinhamento de chakras se complementa con la cromoterapia, es decir, se utilizan principalmente piedras del mismo color que el chakra, es decir, no vamos a poner piedras de colores radicalmente diferentes a los chakras, pues cada uno tiene su arquetipo y lo que buscamos es “armonizar” al paciente: negros y rojos a Muladhara (no verdes ni blancos), naranjas (no azules)…
Imposición de manos
A continuación, y tras tener las piedras y cristales colocados sobre el paciente, debemos “activarlos” mediante una imposición de manos, en la que canalizamos energía de la tierra y el cielo (lleva práctica canalizar energía que no es nuestra hacia otra persona) hacia la persona. Debemos pedir mentalmente permiso a los cristales, al paciente y a las energías que vamos a canalizar. Si en algún momento sentimos algún impedimento, no se hace, pero esto no es frecuente. Procedemos de abajo a arriba, proyectando la energía sobre cada chakra o zona afectada si la hay. Tras ésta imposición de manos, o canalización, pasamos a sentir el aura de la persona, mientras dejamos que las piedras actúen. Ponemos las manos sobre el paciente y “sentimos” si hay fisuras, carencias, etc. Si las hay, tendremos a mano una varita de punta roma (colocada sobre nuestro chakra de la mano proyectiva) acabada en punta, y seguiremos canalizando hacia la zona. Es recomendable que sea de cuarzo cristal. Después de esto podemos dejar al paciente con las gemas haciendo su trabajo. Las piedras pueden estar de 30 a 40 minutos, pero si vemos que las piedras comienzan a caerse es que ya han acabado su trabajo.
QUE LOGRAREMOS CON ESO?A continuación, y tras tener las piedras y cristales colocados sobre el paciente, debemos “activarlos” mediante una imposición de manos, en la que canalizamos energía de la tierra y el cielo (lleva práctica canalizar energía que no es nuestra hacia otra persona) hacia la persona. Debemos pedir mentalmente permiso a los cristales, al paciente y a las energías que vamos a canalizar. Si en algún momento sentimos algún impedimento, no se hace, pero esto no es frecuente. Procedemos de abajo a arriba, proyectando la energía sobre cada chakra o zona afectada si la hay. Tras ésta imposición de manos, o canalización, pasamos a sentir el aura de la persona, mientras dejamos que las piedras actúen. Ponemos las manos sobre el paciente y “sentimos” si hay fisuras, carencias, etc. Si las hay, tendremos a mano una varita de punta roma (colocada sobre nuestro chakra de la mano proyectiva) acabada en punta, y seguiremos canalizando hacia la zona. Es recomendable que sea de cuarzo cristal. Después de esto podemos dejar al paciente con las gemas haciendo su trabajo. Las piedras pueden estar de 30 a 40 minutos, pero si vemos que las piedras comienzan a caerse es que ya han acabado su trabajo.
Lo que hacemos es cambiar el sistema energético del paciente, que venía desequilibrado, y le damos un esquema nuevo. Parece una terapia un tanto pasiva, por eso hay que hablar con el paciente acerca de sus causas, explicarle otras técnicas y modelos mentales para que ahora mantenga el equilibrio que le hemos dado, y así lo hacemos menos pasivo. Podemos darle alguna piedra con la puede meditar, hacerse elixires o programar. Por supuesto, el paciente tiende a volver a su esquema, pero hay muy pocas personas hoy en día capaces de mantenerse en armonía, así que seguiremos trabajando las causas principales en próximas sesiones. La idea es que ahora su cuerpo conoce un sistema equilibrado, que le vamos a enseñar a mantener.